1. Cepíllate con ellos los dientes.
Es importante que entienda que igual que se lavan la cara cada mañana, o se ponen el pijama para dormir, después de cada una de las comidas principales del día hay que dedicar unos minutos a cepillarse correctamente los dientes.
2. Explícales por qué es importante cepillarse los dientes cada día.
Nuestros hijos deben interiorizar lo que pasa dentro de su boca. Si son pequeños, la mejor forma es contándoles un cuento que les explique qué sucede en el interior de nuestra boca cuando no nos lavamos los dientes correctamente.
3. Enséñales las técnicas de cepillado más eficaces.
Lavarse los dientes no es mover el cepillo dentro de nuestra boca de manera aleatoria, sin control ni sentido. Hacer esto es igual que no hacer nada y tiene unos efectos negativos en su salud bucodental.
¿Cómo puedes enseñarle?
Primero elige una posición:
- Frente a un espejo.
- Enfrentados cara a cara.
A continuación, explica por separado los 3 movimientos: vertical, horizontal y circular. Lo ideal es combinar estos tres movimientos durante el cepillado. De esta forma llegaremos más fácilmente a todos los rincones de nuestros dientes.
Si percibes que se aburre durante el cepillado, puedes proponerle que cada día elija una canción: normalmente, éstas suelen durar entre 2-3 minutos, ¡el tiempo perfecto para una limpieza eficaz! Mientras suena la música, vuestra coreografía será el cepillo de dientes. ¡A bailar!
4. Ayúdale si es necesario.
Si tu hijo aún es pequeño, y para asegurar una limpieza eficaz, cepilla los dientes de tu hijo antes de terminar.
Cuidando tu alimentación proteges tus dientes